Etimológicamente, didáctica es «el arte de enseñar» con reglas o preceptos en busca del desarrollo de las personas. Esto se puede considerar que ha existido siempre, desde primer momento de la existencia del ser humano, inicialmente de una manera informal, con la enseñanza mediante la palabra, la experiencia y la percepción; para posteriormente, desde Comenio, transformarse en ciencia.

Tiberio Feliz nos realiza un breve recorrido sobre la evolución de la didáctica comprobando que el concepto se ha ido desarrollando y ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Por lo tanto, nos podemos encontrar diferentes conceptos de didáctica (Martín, 2002: págs. 70-71) desde la definición de Comenio: «Enseña todo a todos», pasando por la definición de Zabalza (1987): «Es el campo del conocimiento de investigaciones, de propuestas teóricas y prácticas que se centran sobre todo en los procesos de enseñanza y aprendizaje», y la de García Hoz: «La didáctica es aquella enseñanza que tiene por fin el perfeccionamiento del sujeto a quien se enseña, perfeccionamiento cuya manifestación es el aprendizaje» (Carrasco, 2009, pág. 19).

En definitiva, la didáctica es la ciencia de la universalidad, que tiene que ser viva y en constante evolución en la búsqueda del conocimiento, de la investigación (teórica y práctica), y que tiene por objeto la orientación y organización de situaciones de enseñanza-aprendizaje.

Sin una relación, sin un encuentro de persona a persona, es imposible que se produzcan ciertos aprendizajes. Existe a su vez una necesidad palpable de sistematizar el conocimiento (no solo teórico, sino también práctico) para que sea aprendido. Eso es lo que hace la ciencia didáctica.

Si la educación es una integración en el vivir y en el conocimiento, la acción didáctica es educativa al referirse a la enseñanza, y la enseñanza es la condición de todo aprendizaje.